El glaucoma es conocido como “el ladrón silencioso de la visión” y típicamente se asocia con pérdida de la visión progresiva e indolora que puede no producir ningún síntoma. Usualmente se afecta la visión periférica con relativa preservación de la visión central en etapas tempranas de la enfermedad, y cuando la enfermedad llega a etapas avanzadas, la visión central se afecta más severamente. Los pacientes con glaucoma pueden notar que ya no ven los objetos hacia sus lados (debido a pérdida del campo visual periférico), pero mayormente los pacientes no son capaces de detectar ningún síntoma hasta estadios muy avanzados. A veces, los pacientes pueden notar o describir que su visión se ha vuelto brumosa. – ¿Cómo evoluciona el glaucoma?
El glaucoma de ángulo cerrado puede estar asociado a enrojecimiento, dolor ocular, cefalea, visión borrosa y halos de colores alrededor de las luces, un ataque de cierre angular agudo que se presenta con niveles de PIO bastante altos (por encima de 40 mmHg). De cualquier manera, la mayoría de los casos de cierre angular evolucionan de manera asintomática, a medida que la obstrucción del drenaje y el aumento de la PIO ocurren de manera lentamente progresiva. – Glaucoma primario de ángulo cerrado
Algunos síntomas visuales no específicos pueden también estar asociados con glaucoma, como visión nublada/brumosa, encandilamiento o necesidad de mayor iluminación para leer.